un entorno cómodo y sofisticado en el que relajarse. Los clientes se sentían bien consigo mismos cuando entraban en un Starbucks. Starbucks aportaba más valor que el del café que servía, ofrecía un sentido de sofisticación y entusiasmo por la vida. Y también un lugar donde la gente pudiera reunirse y en el que experimentara un sentimiento de afiliación y pertenencia.