La conversación metafórica con el cliente iría más o menos así: Nosotros: ¿Te quieres casar conmigo? El cliente: No. Nosotros: ¿Pero te apetece volver a quedar conmigo? El cliente: Sí. Nosotros: Y ahora, ¿te casarás conmigo? El cliente: No. Nosotros: ¿Pero te apetece volver a quedar conmigo? El cliente: Claro, eres interesante y la información que me das me resulta útil. Nosotros: ¿Te quieres casar conmigo? El cliente: De acuerdo, ahora sí. Como marca, nuestro trabajo es cortejar a los clientes. Queremos conocerlos y que ellos nos conozcan, pero somos nosotros los que debemos tomar la
...more