More on this book
Community
Kindle Notes & Highlights
—Una persona en duelo necesita mantener la mente ocupada —prosiguió ella—. Cuidar de algo. Eso es lo que me dije cuando vi el anuncio: no se trata de quién quiere un perro, sino de quién necesita un perro.
—Lo único que digo es que esperes a ver cómo va la cosa. Dale una oportunidad a la criaturita. —Hizo una pausa—. Y, ya que estás, date una oportunidad a ti mismo, Lloyd.
Gibson le agradeció el té helado y se marchó. Lloyd permaneció sentado donde estaba un rato más, acariciando aquel pelaje gris nuboso. Luego dejó en el suelo a su perrita para que fuera a ocuparse de sus cosas mientras él se encargaba de las suyas. Así era la vida: te atrapaba y lo único que podías hacer era vivirla.