En última instancia, los bancos estadounidenses podían esperar el apoyo de los ilimitados recursos de la Fed. Pero la cuestión era especialmente acuciante para los bancos europeos que manejaban balances en múltiples divisas. En caso de emergencia, ¿dónde iban a conseguir los dólares que necesitaran? ¿Quién iba a ser su prestamista de última instancia?