Carlos Lima

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«¿Quién me librará de este cuerpo de muerte? Gracias doy a Dios, por Jesucristo Señor nuestro» (Romanos 7.24, 25). Un día él me librará de la presencia y la influencia de la maldad. Es por eso que las malas noticias de Romanos capítulo 7 vienen seguidas de las buenas noticias de Romanos capítulo 8: «Nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, nosotros también gemimos dentro de nosotros mismos, esperando la adopción, la redención de nuestro cuerpo» (Romanos 8.23).
El cielo: Tu verdadero hogar… desde una perspectiva más alta
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