Kindle Notes & Highlights
by
David Firman
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December 31, 2021 - January 10, 2022
Un noviazgo malo, débil, sin buenas bases y con conflictos sin resolver es garantía de un matrimonio en ruinas. El noviazgo es una situación de aprendizaje, donde juntos debemos estar en comunión con Dios.
La verdad a la luz de la Palabra es que el anhelo de Dios es que nos unamos a alguien con quien nos amemos y respetemos mutuamente y, además, que juntos podamos amarlo a Él. Esta es la voluntad de Dios, que armemos un proyecto de vida con quien nos ama y nos acerca a Dios. Esas son las señales para darme cuenta que es la persona adecuada. Estar en comunión con Él es Su voluntad para nuestras vidas.
Lo mejor sería esperar a conocer un poco a la persona antes de formalizar una relación de noviazgo.
La verdad y la realidad indican que si el noviazgo no funciona es mejor romper ahora y no fracasar en el matrimonio.
Si en la relación no se aprende a amarse y respetarse y tener juntos comunión con Dios, es mejor terminarlo. Romper un noviazgo no es igual a romper un matrimonio.
La verdad es que la persona perfecta no existe. La perfección la vamos a tener en el cielo con Cristo. La experiencia más perfecta que podemos llegar a tener es amarnos y tener juntos comunión con Dios.
La mejor iniciativa que una mujer puede tomar es ser accesible a buenas amistades con personas del otro sexo para poder conocerse y luego formalizar un noviazgo. Recordemos que en Cristo somos iguales (Gal. 3. 28).
La verdad es que lo que no se sana y resuelve de novio, se agrava en el matrimonio con la convivencia. Cuando hay alguna dificultad importante debemos buscar ayuda. El noviazgo bien consolidado y sano es garantía de éxito matrimonial.
La verdad es que nos realizamos cuando tenemos una profunda comunión con Dios nuestro creador y así podemos desarrollar el potencial y los sueños de Dios en nosotros, en todas las áreas de nuestra vida. el hecho de casarnos no nos hará felices, eso es sólo un área, una meta en la vida. Ser feliz es hacer la voluntad de Dios, es tener comunión con Él.
La verdad es que la adultéz o madurez se mide por la capacidad de responsabilidad, por una relación estable de comunión con Dios, por la independencia afectiva, económica, por el proyecto de vida. No se ve en la carencia de gracia, de gozo.
La atracción física es uno de los ingredientes del noviazgo, pero no debe ser la única base para una relación.
en el amor el otro no es perfecto, tiene defectos, se equivoca, sufre, pero decido estar con esa persona a pesar de todo esto. El amor es una decisión. Esta decisión la podemos ver a través de Cristo, quien decidiendo ir a la cruz lo ha demostrado. En el amor hay libertad para que el otro sea transparente. En el amor no hay sueño o fantasía, es real. En el amor no necesitamos un eterno presente, tenemos un proyecto juntos por lograr, vamos juntos al futuro.
“Un buen noviazgo debe preceder a un buen matrimonio. Debemos rechazar la improvisación y buscar la preparación para un matrimonio sano y de éxito. El noviazgo es la escuela para pasar del yo al nosotros”.
