ejército del cielo, y en los habitantes de la tierra, y no hay quien detenga su mano, y le diga: ¿Qué haces?” (Daniel 4:35). Decir que Dios es Soberano es declarar que Él es el Todopoderoso, el Poseedor de todo el poder en el Cielo y la tierra, para que ninguno pueda vencer Sus consejos, frustrar Su propósito o resistir Su voluntad (Sal. 115: 3). Decir que Dios es soberano es declarar que Él es “El Gobernante de las naciones” (Sal 22:28), que establece reinos, derroca imperios y determina el curso de las dinastías que más le agradan. Decir que Dios es soberano es declarar que Él es

