Carl Jung llamó la «sombra» a esa zona que no estamos dispuestos a ver y de la que no queremos apropiarnos. Dijo que el yo no puede ser sano y pleno a menos que se vea y se reconozca la sombra. Esto significa que sepultado dentro de cada uno, en lo que Jung llamó el «inconsciente colectivo», está todo lo que no gusta admitir sobre uno mismo.