Cuando pasamos de ser yoístas con minúscula a ser Yoístas con mayúscula, dejamos nuestro pequeño yo para abrazar nuestro Yo Superior. Pasamos de la debilidad al poder, y del autoodio y la pequeñez al amor y la armonía. Pasamos de la lucha a la facilidad, y de la frustración a la realización.

