A vos y a tus deseos de revolución conflictuados con tu debilidad consumista. A vos, que sos hippie, comunista, capitalista, de izquierda, peronista, una mezcla concomitante y disparatada de clases, de ideas, de dudas. ¿Cómo no admirar esa discusión de personalidades que te habita? ¿Cómo no rendirme al ejercicio pleno de tu derecho de mutar banderas, fanatismos, creencias? Si eso es lo único constante, amor, el cambio.