—No lo saben todo. Nadie lo sabe todo —añadió—. Y lo poco que yo sé, es que si no es contigo, a la mierda, no es con nadie. Y no nací para morirme solo. Nací para ti. Y a tomar por culo el mundo, canija. Tú y yo valemos más que la opinión de gente que no tiene ni puta idea de lo que es ver cómo te corres. Punto.

