esa soledad materna que consiste —me parece— en el profundo aislamiento en el que viven las atareadas madres de hoy: su alienación, su escasa conciencia de derechos cada vez más recortados, su insuficiente manifestación ciudadana, su casi nula incidencia en políticas públicas que las tomen en serio y valoren su aporte en contante y sonante.