Además, no soy tanto una fuerza de la naturaleza como uno de los poderes en crudo de la creación, transformado por la imaginación colectiva humana en la personificación de uno de sus ideales. —Le sonrió. —¿De dónde te has sacado eso? —Yo qué sé. Debí de oírlo en alguna parte. O a lo mejor es que soy lista y punto.

