Arrecife se agrega para advertir que tras el Apocalipsis nacional de más de 121,000 homicidios atribuidos al “narco”, ese otro fantasma inventado por el Estado, sólo es posible sobrevivir reproduciendo los vectores de violencia como producto exótico de nuestros tianguis internacionales, junto al mezcal, el petróleo y las telenovelas, cuyas estrellas ahora decoran con su rubia compañía a nuestra delictiva pero muy fotogénica clase política.

