«¿Te darás cuenta de una vez por todas de que no es la muerte la fuente de todos los males del hombre, y de un espíritu mezquino y cobarde, sino más bien el miedo a la muerte? Por esto quiero que te disciplines contra el miedo; a esto se tienen que dirigir todos tus razonamientos, tus clases y tu entrenamiento; entonces sabrás que solo así consiguen los hombres su libertad».[3]