el arquero estoico ha decidido conscientemente intentar acertar en el blanco y ha hecho todo lo que está en su poder para lograr su objetivo. Pero también está dispuesto a aceptar con ecuanimidad la posibilidad de un resultado negativo porque el resultado no estuvo nunca enteramente bajo su control. Otras variables han entrado en juego, como ocurre en casi todo lo que decidimos emprender.