Desde el punto de vista teórico, se pueden acumular infinidad de argumentos a favor de una u otra concepciones de la libertad igualmente válidos o refutables. En la práctica —en la vida social, en la historia— lo ideal es tratar de conseguir una transacción entre ambas libertades. Las sociedades que han sido capaces de lograr un compromiso entre ambas formas de libertad son las que han conseguido niveles de vida más dignos y justos (o menos indignos e injustos). Pero esta transacción es algo muy difícil y será siempre precaria, pues, como dice Berlin, la libertad «negativa» y la «positiva» no
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