Estudiante apático pero lector voraz, caminante y escalador de montañas desde su adolescencia hasta su ancianidad, su primera vocación todavía niño fue, por influencia de su padre, la botánica, la elaboración de un herbario, el intento de escribir una pequeña monografía sobre una orquídea (Orchis condigera) que nunca llegó a ver. Plural y curioso, en su adolescencia se interesó en la paleontología, en la teoría de la evolución, en el teatro.

