¡Mi corazón se alegra y se maravilla! ¡Dios mío, eres un gran Maestro! Aquel que discutía cada punto del evangelio ha establecido su conocimiento y experiencia en el evangelio rápidamente. ¡Te alabo por él! […] Al parecer, ha recibido luz sobre las partes más importantes del evangelio y será un útil instrumento de tu mano.