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February 13 - February 17, 2019
La bienvenida del padre al hijo arrepentido es literalmente excesiva y un desperdicio ya que se niega a tener en cuenta o calcular el pecado del hijo en contra suya o pedirle que le pague lo que le debe.
Jesús no está tratando tanto con los inmorales de fuera, sino con los moralistas de dentro. Quiere mostrarles su ceguera, su estrechez de miras y su autojustificación.
No, los oyentes originales no estaban inundados en lágrimas por la historia, sino que estaban atónitos, ofendidos y enfurecidos. El propósito de Jesús no es enternecernos, sino hacer añicos nuestras ideas preconcebidas.
Los licenciosos y libertinos o los rotos y marginados evitan la iglesia. Eso solo puede significar una cosa. Si la predicación de nuestros pastores y la práctica de nuestras congregaciones no producen el mismo efecto en las personas que producía Jesús, entonces no debemos estar proclamando el mismo mensaje que Jesús. Si nuestras iglesias no atraen a los hermanos menores, deben estar más llenas de hermanos mayores de lo que nos gustaría pensar.
El hijo menor estaba diciendo básicamente que quería las cosas de su padre, pero no a su padre.
El padre está diciendo: “No voy a esperar a que pagues toda la deuda, ni a que te humilles como mereces. No vas a ganarte de nuevo la entrada en la familia, simplemente voy a aceptarte. Cubriré tu desnudez, pobreza y harapos con la ropa de mi posición y honor”.
el amor de Dios y su gracia pueden perdonar y restaurar cualquier pecado u ofensa. No importa quién eres ni lo que has hecho. No importa si has oprimido o incluso asesinado a gente, o cuánto has abusado de ti mismo. El hermano menor sabía que en la casa del padre había “comida de sobra”, pero también descubrió que había gracia de sobra. No hay ningún mal que el amor del padre no pueda perdonar y cubrir, y no hay pecado que desafíe a su misericordia.
Jesús está redefiniendo todo lo que pensábamos que sabíamos sobre cómo estar conectados con Dios. Está redefiniendo el pecado, lo que significa estar perdido y lo que significa ser salvo.
Jesús emplea a los hermanos menores y mayores para describir dos caminos básicos que usa la gente para encontrar la felicidad y la realización de uno mismo: el camino de la conformidad moral y el del autodescubrimiento.
El amante de prostitutas es salvo, pero el hombre recto moralmente aún está perdido. Casi podemos escuchar la respiración entrecortada de los fariseos cuando la historia acaba. Era todo lo contrario a lo que les habían enseñado.
¿Por qué el hermano mayor no entra? Él mismo da la razón: “Porque nunca te he desobedecido”. El hermano mayor no pierde el amor del padre a pesar de lo bueno que hace, es debido a ello. No son sus pecados los que crean una barrera entre él y su padre, es el orgullo que tiene en su buena conducta; no son sus malos actos, sino su rectitud la que le impide compartir el banquete con su padre.
Los corazones de los dos hermanos eran iguales. Ambos hijos estaban resentidos con la autoridad del padre y buscaban la manera de librarse de ella.
¿Te das cuenta de lo que está enseñando Jesús? Ninguno de los dos hijos amaba al padre. Ambos querían usarle para sus propios fines egoístas y no amarle, ni disfrutar de él ni servirle por amor a él. Esto muestra que puedes rebelarte en contra de Dios y estar lejos de él por romper las reglas o bien por cumplirlas todas con esmero. Es un mensaje impactante: una obediencia cuidadosa a la ley de Dios puede convertirse en una estrategia de rebelarse contra Dios.
Puedes evitar a Jesús como Salvador cumpliendo con todas las leyes morales. Si lo haces, entonces tienes “derechos”. Dios está en deuda contigo y tiene que contestar a tus oraciones, darte una buena vida y una entrada al cielo cuando te mueras. No necesitas un salvador que te perdona por pura gracia; tú eres tu propio salvador.
Del mismo modo, las personas religiosas viven vidas íntegras, pero su objetivo es poder influenciar a Dios, controlarle y ponerle en una posición en la que él les debe algo a ellos. Por lo tanto, a pesar de toda su piedad y comportamiento éticos, en realidad se están rebelando en contra de su autoridad.
Si, al igual que el hermano mayor, crees que Dios debe bendecirte o ayudarte porque has trabajado tanto para obedecerle y ser una buena persona, entonces Jesús puede ser tu ayuda, tu ejemplo e incluso tu inspiración, pero no es tu salvador. Estás haciendo de ti mismo tu propio salvador.

