si hay algo que podría enfriar en un abrir y cerrar de ojos mi amor «activo», es precisamente la ingratitud. En una palabra, yo trabajo a cambio de un salario, exijo sin demora mi salario, es decir, mis alabanzas, y quiero que el amor se me pague con amor. Si no es así, ¡soy incapaz de amar a nadie!

