Mientes y por esto irás de cabeza al infierno, donde te asarán como un cordero —replicó Fiódor Pávlovich. Fue entonces cuando entró Aliosha. Fiódor Pávlovich, como hemos visto, se alegró enormemente al verlo. —¡Un tema tuyo, un tema tuyo! —exclamaba soltando risillas socarronas, invitando a Aliosha a que se sentara a escuchar. —Eso que dice del cordero no es así, señor, no habrá nada semejante allí, señor, ni debe haberlo, si hay plena justicia

