con qué facilidad puede una vida convertirse en una letanía de culpa y pesar, en una canción que resuena constantemente con el mismo estribillo, con la incapacidad de perdonarnos a nosotros mismos. Con qué facilidad se convierte la vida que no vivimos en la única vida que valoramos. Con qué facilidad nos seduce la fantasía de que tenemos el control, de que alguna vez hemos tenido el control,

