Ese es el gran poder que tiene el ser humano: la capacidad de elegir cómo reaccionar ante lo que le presenta la vida. Si bien no puedes controlar lo que pasa a tu alrededor, puedes decidir cómo interpretarlo y qué actitud tendrás. Eres responsable de lo que piensas, de las decisiones que tomas, de cómo lo quieres ver y vivir.

