—Y no me refiero a esa compasión que se entiende como lástima, sino a la verdadera compasión: con-pasión, a intentar sentir como el otro, ponerse en sus zapatos y tratar de entender sus motivos. Cuando dejas de culpar a los demás por lo que te pasa, recuperas todo tu poder. Piensa en esto: si tú eres el responsable de tu vida, en ti están todas las respuestas que necesitas.

