—Entonces, ¡ellos tienen la culpa de todo! —No, señor, no seas necio. Ellos también tienen heridas y lo hacían lo mejor que podían con los conocimientos que tenían. Ellos también lo aprendieron de sus padres, y sus padres de sus padres. —Es un círculo vicioso. —Un círculo que se puede romper. —¿Sí? ¿Cómo? —Dejando de buscar culpables.

