Fouché. Retrato de un hombre político

by Stefan Zweig

noble arte alquímico de convertir cualquier cosa en oro.

tigre de Lyon se ha convertido en un buen hámster,

Quien ha ejercido alguna vez la embriaguez de gobernar y mandar, ya no puede privarse de ella.

Un acto para el que Fouché tuvo la famosa frase: «Fue más que un crimen, fue un error».

Nunca sacrifica del todo su autonomía intelectual, su propia voluntad, a una causa ajena.

egotista

Europa un fideicomiso bonapartista.

Talleyrand sonríe: «Fouché desprecia tanto a los hombres porque se conoce demasiado bien».

peonza:

bífida lengua

Cuidadosamente, la puerta del gabinete se cierra y todos los papeles importantes y secretos son arrancados a toda prisa de los dosieres. Joseph Fouché se lleva para su uso privado todos los que aún podrían servirle como arma, los acusadores y reveladores, los otros son quemados sin escrúpulos.

con ropas de duque todavía nuevas?

decuplicada

nada soporta el genio con menos paciencia que la mediocridad;

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le situarían junto a los primeros estadistas del siglo si hubiera estadistas sin virtud y sin dignidad de carácter.

lista de proscripción.

saber renunciar a tiempo.

levantarse voluntariamente de un sillón de ministro.

Ha vivido demasiado en su propia carne, en su propia alma, como para poder perdonar nunca a uno de esos jacobinos, a uno de esos hombres del Terror.

Tales recuerdos no se olvidan.

siente en su propia carne lo malo que es ser víctima del perverso asesinato de la reputación, y que tales calumnias jamás pueden ser combatidas, sino que lo más inteligente es huir de ellas.