Haksito Flores

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Y no corrimos a salvarlo, no lo llevamos al aeropuerto en un carro blindado, no lo montamos a la fuerza en un avión. Carlos Gaviria y Alberto Aguirre, mis amigos heredados, se salvaron, se fueron al exilio, regresaron, volvieron a luchar por su país y morirán de viejos, como debió haber muerto mi papá, que en cambio fue asesinado salvajemente, entre otras cosas, por una falta de amor de su hijo, mía, y esto no me lo perdono ni me lo puedo perdonar.
El olvido que seremos
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