Entonces, sigue creciendo, hijo Mío, sigue convirtiéndote y sigue decidiendo en qué quieres convertirte en la siguiente mejor versión de Ti mismo. Sigue trabajando hacia ello. ¡Sigue! ¡Sigue! Es el Trabajo de Dios lo que estamos haciendo tú y Yo. ¡Así que sigue!

