Sólo tú puedes saber si eres feliz. Sólo tú puedes decir de tu vida, “Ésta es mi creación (hijo), con la que estoy complacido”. Si tus valores te funcionan, consérvalos. Justifícalos. Pelea por defenderlos. Pero busca pelear de forma que no lastimes a nadie. El daño no es un ingrediente necesario en la curación.

