1. Amarás a Dios con todo tu corazón, con toda tu mente, con toda tu alma. Y no habrá otro Dios frente a Mí. Ya no adorarás el amor humano o el éxito, el dinero, el poder ni ningún símbolo de él. Dejarás de lado estas cosas como un niño olvida sus juguetes. No porque no valgan la pena, sino porque ya creciste.

