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Kindle Notes & Highlights
¡Sopa! —¡Estela! ¡Se me acabaron los pañuelos!
consecuencias. Mantener tantas malas posturas y cargar bolsas pesadas de materiales no era saludable para el cuerpo de nadie. A él no le importaba el cansancio, estaba genéticamente preparado para lidiar con el agotamiento físico, lo había aprendido
independiente al igual que él; pero sí le importaba
habitación, además tenía todo al alcance de las manos,
momento. Para cambiar el eje de su pensamiento
completa. —Hoy estuvieron trabajando en la
la puerta a la jaqueca.
Oates”. Una ducha caliente para él, y finalmente…
defecto, conformar el propio.
llevaba la cuenta de todo, pero
—No para Emilia —agreg
recomendaciones de Lucrecia ante los socios!
importaba. —No te preocupes, puedo beber
debate de a dos. Oír a Verónica
misma, si la liberaba no sabía que era lo que
límite. Verónica estalló en una carcajada, la
exactitud? —A la columna de agua que abastece el sector. Para reemplazar las tuberías dañadas
necesitaba ayuda para ese tipo de situaciones ya, aun
legal. —Exacto, y tenemos la documentación
comedor. Ya en soledad, reconfiguró la línea
carrera improvisada. Le sonrió. Ahí estaba la hebilla, junto al teclado.
era un improvisado, sabía de lo que hablaba. —¿Si estuvieses en mi
familiar, se encontraba despierta a la espera de las visitas. —¡Verónica! —La niña saltó en la cama feliz.
La pregunta del millón era: ¿Qué país
niños, toma el sendero a tu derecha
pensó Verónica. Sonrió. Una nueva sociedad daba
la noche de Navidad, cena gourmet enviada
rutinarias y, como era de esperarse, su elección se limitó a la crema de vainilla. Tras las severas críticas
puerta. La intriga levantó de la silla
viniste! Verónica se abrazó a la niña, murmuró en su oído: —Aquí estoy ahora… cambié de parecer
responsabilizarme
papá? ¡Vaya presente los esperaba! Los dos sonrieron, felices y seguros

