para un dios, eterno, omnisciente y omnipotente, convertirse en hombre, dejar que lo martiricen, morir y resucitar al tercer día no es la gran cosa. Él puede hacer lo que le venga en gana, él planea los eventos y controla los resultados. No hay ni riesgo ni pérdida. Es una historia impresionante y muy llamativa pero culpígena, inventada por los hombres para manipular a los hombres.

