Cuando los jefes se vuelven controladores y abusivos, introducen a todos en una mentalidad fija. Eso significa que, en lugar de aprender y de empujar a la empresa hacia delante, los trabajadores empiezan a preocuparse por si los juzgan. Para el valor y la innovación es difícil sobrevivir a la mentalidad fija cuando está extendida por toda la empresa.