La idea de información también se incrustó en las ciencias sociales, en particular en la economía. Friedrich Hayek, un economista austriaco contemporáneo de Shannon, argumentó que los precios transmitían información sobre la oferta y la demanda de bienes, lo que permitió identificar cuál era la información necesaria para que operase la «mano invisible» de Smith. En palabras de Hayek: «En un sistema en el que el conocimiento de los hechos relevantes está distribuido entre muchas personas, los precios pueden servir para coordinar las acciones individuales de distintas personas».