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September 21 - November 4, 2023
Sabemos de muchos lugares en el universo que concentran más materia y energía que nuestro planeta, pero no conocemos ninguno con una mayor concentración de información.
Así pues, lo que hace que la Tierra sea especial no es una singularidad de materia o energía, sino una singularidad de información: ella es a la información lo que un agujero negro es a la materia y una estrella a la energía.
La información era lo que fascinaba a Ludwig. Era lo que no lograba aprehender y también aquello que trató infatigablemente de explicar: ¿Por qué podía degradarse el orden en el universo mientras crecía en la Tierra?
Durante la Segunda Guerra Mundial, sobrevino la necesidad de comunicarse en códigos secretos. Dichos códigos dieron lugar a intentos de descifrar los mensajes interceptados, lo que inició el estudio matemático de la información.
La idea de información también se incrustó en las ciencias sociales, en particular en la economía. Friedrich Hayek, un economista austriaco contemporáneo de Shannon, argumentó que los precios transmitían información sobre la oferta y la demanda de bienes, lo que permitió identificar cuál era la información necesaria para que operase la «mano invisible» de Smith. En palabras de Hayek: «En un sistema en el que el conocimiento de los hechos relevantes está distribuido entre muchas personas, los precios pueden servir para coordinar las acciones individuales de distintas personas».
La idea de información también permitió que los economistas comprendiesen algunas fallas de mercado importantes. George Akerlof se hizo famoso al demostrar que los mercados podían dejar de funcionar cuando las personas poseían información asimétrica sobre la calidad de los bienes que querían intercambiar.
Pero el hecho de que lo hagamos sin apenas ser conscientes de ello no quiere decir que significado e información sean lo mismo.
Hace miles de millones de años, poco después del Big Bang, nuestro universo carecía de la capacidad de generar el orden que maravilló a Boltzmann y que nosotros damos por descontado. Desde entonces, el universo ha evolucionado hacia el desorden, tal y como Boltzmann predijo, pero también se ha dedicado a producir burbujas en las que se concentran enormes cantidades de orden físico, o información. Nuestro planeta es un ejemplo paradigmático de estas burbujas.
Desde entonces la Tierra, que tiene entre cuatro y cinco mil millones de años de antigüedad, ha sabido sacar provecho de su riqueza química para convertirse en una singularidad de complejidad. Durante miles de millones de años, la información ha ido creciendo en nuestro planeta: primero en su química, luego en formas de vida simples y más reciente en nosotros. En un universo constituido mayormente por espacio vacío, nuestro planeta es un oasis donde la información y el conocimiento continúan aumentando, impulsados por el Sol, y también por los mecanismos autocatalíticos que llamamos vida.
Nuestro mundo está preñado de información. No es una sopa amorfa de átomos, sino una colección organizada de estructuras, formas, colores y correlaciones. Dichas estructuras son manifestaciones de la información, aun cuando esos pedazos de orden físico carezcan de significado.
Para luchar contra el desorden y hacer posible que la información crezca, el universo se guarda varios trucos en la manga, como los sistemas fuera del equilibrio, la acumulación de información en los sólidos y la capacidad de computar de la materia.
La habitación estaba iluminada por monitores y por la luz de los faroles que se reflejaba en el río Charles.
Pero conocimiento y knowhow no son la misma cosa. Por decirlo de manera sencilla, el conocimiento implica relaciones o vínculos entre entidades. Estas relaciones se utilizan a menudo para predecir los resultados de eventos sin tener que llevarlos a cabo.[2] Por ejemplo, sabemos que el consumo de tabaco incrementa la probabilidad de sufrir cáncer de pulmón, y podemos utilizar esta relación para prever las consecuencias del consumo de tabaco sin necesidad de consumirlo nosotros mismos. El knowhow es distinto del conocimiento porque consiste en la capacidad de llevar a cabo acciones, aun sin
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Este knowhow es la capacidad computacional tácita que nos permite llevar a cabo acciones y que acumulamos tanto de manera individual como colectiva. La naturaleza tácita del knowhow parece extraña, y hace que nos sintamos como autómatas que no son conscientes de lo que hacen.
Como dijo Marvin Minsky, uno de los padres de la inteligencia artificial: «Nunca se ha diseñado un ordenador que sea consciente de lo que hace, pero la mayor parte del tiempo nosotros tampoco lo somos».
Esta es otra manera de decir que el valor de dos millones y medio de dólares del auto no residía en sus átomos, sino en cómo estaban dispuestos.[3] Esa disposición es información.
Sin embargo, según Shannon, si invirtiésemos aleatoriamente los bits de ese disco duro, lo que en la práctica borraría todas nuestras imágenes y documentos, estaríamos incrementando la cantidad de información encerrada en el disco duro. ¿Cómo puede ser esto? La definición de información de Shannon cuenta solo el número de bits necesarios para comunicar el estado de un sistema (en este caso, la secuencia de bits almacenados en nuestro disco duro). Puesto que se necesitan más bits para comunicar el estado de un disco duro lleno de datos aleatorios que el de uno que contenga imágenes y
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Conviene señalar que la entropía, aunque normalmente se asocia con el desorden, no es exactamente una medida del desorden. La entropía mide la multiplicidad de un estado (el número de estados que son equivalentes).
Lo que a Shannon le interesaba era comunicar el microestado de un sistema, como por ejemplo un tuit o la disposición de personas sentadas en nuestro hipotético estadio, por lo que equiparó información con entropía (usando a menudo ambas palabras como sinónimos).
En estos ejemplos, la palabra «información» se refiere a la presencia de orden, no solo al número de bits necesarios para comunicar una secuencia genética, un libro o una partitura.
Para comprender el origen físico de la información antes necesitamos entender unas cuantas cosas. Una de ellas es la idea de estado estacionario. La segunda es la diferencia entre estado estacionario dinámico y estado estacionario estático. Un caso muy sencillo de estado estacionario estático es el de una canica que se deja caer en un cuenco. Todos sabemos lo que sucede en esta situación: tras un breve periodo de tiempo, la canica se queda tranquilamente en el fondo del cuenco. Esto representa un estado estacionario estático. Un caso más interesante es el de una caja llena de gas. Si colocamos
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Los remolinos en la bañera desaparecen en cuanto volvemos a poner el tapón en el desagüe o se acaba el agua. Esto puede llevarnos a pensar que el universo elimina rápidamente los estados estacionarios ricos en información que los sistemas lejos del equilibrio nos ofrecen gratis.
Las ciudades y las células son sistemas dinámicos en los que los sólidos se mueven los unos con respecto a los otros. La naturaleza sólida de estos objetos nos permite acumular información a un bajo costo, pues protege la información que se almacena en ellos de las garras sangrientas de la entropía, aunque solo sea durante un breve periodo cósmico.
La vida es una consecuencia de la capacidad de computar de la materia.
Esta infinitud es lo que Prigogine denomina «barrera entrópica»
Para Prigogine, el pasado no es solo inalcanzable, simplemente no existe. No hay pasado, aunque sí lo hubo. En el universo no hay pasado ni futuro, solo un presente que se calcula en cada instante.
Entender nuestros productos como cristales de imaginación refleja el hecho de que estos no solo encarnan información sino también imaginación. Esta última es información que hemos generado a través de computaciones mentales y transmigrado en un objeto que replica el que teníamos en la cabeza.
Un ejemplo de balanza comercial con signo opuesto al de la balanza de imaginación es el de Chile y Corea del Sur (figuras 1 y 2). En 2012, Chile exportó a Corea del Sur productos por un valor de 4.610 millones de dólares, principalmente cobre refinado y sin refinar.[4] Ese mismo año, el valor de las exportaciones de Corea del Sur a Chile fue de solo 2.500 millones de dólares, sobre todo en forma de autos y partes de autos.[5] Chile tuvo una balanza comercial holgadamente positiva con Corea del Sur en 2012.
Pero su balanza de imaginación era claramente negativa, puesto que Chile no incorporó mucha imaginación en los bienes que exportó, e importó una gran cantidad de imaginación incorporada en los productos que compró.
fácil comprender lo que Nicholas quería decir. Las baterías de Kelvin estaban muy bien, pero eran infinitamente inferiores a las que se producen en Japón, China y Corea. A pesar de su inteligencia, Kelvin confundió el valor de la batería que había creado, y que le había hecho famoso, con el valor de tener la capacidad de crear una batería con chatarra. Esto último era lo que había que fomentar. Lo verdaderamente valioso era la capacidad de crear. Las baterías de Kelvin estaban muy bien, pero Kelvin era mucho mejor. A fin de cuentas, baterías se pueden comprar en cualquier sitio, pero jóvenes
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En última instancia, la economía es el sistema colectivo mediante el cual los humanos hacemos crecer la información.
El enriquecimiento es fruto de nuestra capacidad de empaquetar como información los usos prácticos del conocimiento. Estos empaquetamientos son los que permiten que las personas vivan con niveles de bienestar mucho más elevados de los que podrían alcanzar si viviesen aisladas.
Para ilustrar los poderes de amplificación del conocimiento que tiene la economía, pensemos en el físico del siglo XIX Michael Faraday. Entre otras cosas, Faraday desarrolló las leyes de la inducción, esenciales para la generación de electricidad. Pero también se remangó y cristalizó sus ideas plasmándolas en objetos prácticos: se le atribuye la invención del motor eléctrico, que posteriormente perfeccionaría Tesla. Cuando nos secamos el pelo con un secador, aspiramos el suelo o nos preparamos un daiquirí en una licuadora, estamos recibiendo un regalo del mismísimo Michael Faraday, alguien a
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Por último, el enriquecimiento que proporcionan los productos facilita la búsqueda de nuevas formas de expresión y da lugar a nuevas capacidades. Esta es la creatividad combinatorial que surge del poder que tiene nuestra especie de cristalizar imaginación. Si Jimmy Page hubiese tenido que extraer metales y fabricarse sus propias guitarras, probablemente nunca habríamos podido disfrutar de «Stairway to Heaven»; si Ernest Hemingway hubiese tenido que fabricarse sus propias estilográficas, producir papel e inventar la imprenta, probablemente no habría podido escribir El viejo y el mar. Siguiendo
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El knowhow, en particular, reside principalmente en el sistema nervioso de los humanos. Es la manera instintiva que tiene el músico de tocar la guitarra, la fluidez con la que dibuja el artista, o la destreza con la que el camionero da marcha atrás con su remolque. No está en los libros.
Coase dedicó buena parte de su carrera académica a explicar la existencia y los límites de estas islas de poder, en lo que se conoce como la teoría de los costos de transacción de la empresa.
La intuición de Coase nos dice que la capacidad de las redes de empresas para acumular conocimiento y knowhow dependerá del costo de los vínculos. Esto es, cuando crear y mantener vínculos resulta barato, la creación de grandes redes de empresas será más fácil, como también lo será la acumulación de enormes volúmenes de conocimiento y knowhow. Por el contrario, cuando los vínculos tienen un costo alto, será más difícil establecer conexiones entre empresas, y también crear las redes de empresas y personas necesarias para acumular ingentes volúmenes de conocimiento y knowhow. En pocas palabras,
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Por eso, con la sabiduría que da la experiencia, puedo recordar mi primera aventura y entender por qué es tan difícil encontrar un buen apartamento en Boston. La razón es bien sencilla: los mejores apartamentos nunca llegan al mercado, sino que se pasan informalmente entre amigos.
Boston y Cambridge son crisoles culturales, y también ciudades en las que uno hace amigos en las fiestas de despedida. La combinación de una alta tasa de población flotante, en este caso de estudiantes e investigadores, y de muchas amistades genera una situación en la que los mejores apartamentos de Cambridge nunca llegan al mercado. Cuando alguien deja un buen apartamento, siempre tiene algún amigo buscando uno, y los caseros normalmente no ponen trabas a estos traspasos porque les ahorra las molestias de buscar un nuevo inquilino.
Así pues, la lección es que, al menos en el caso de Boston y Cambridge, el mercado de arriendos inmobiliarios está supeditado a la red social.
En su libro de 1995 titulado La confianza, argumenta que la capacidad de una sociedad para formar grandes redes es en gran medida un reflejo del nivel de confianza que existe en ella. Fukuyama establece una clara distinción entre
La estructura industrial cuenta una fascinante historia sobre la cultura de un país. Las sociedades que tienen familias muy fuertes pero vínculos de confianza relativamente débiles entre personas sin relación de parentesco entre sí suelen estar dominadas por negocios pequeños de propiedad y gestión familiar. Por otra parte, en los países en los que existen robustas organizaciones privadas sin ánimo de lucro, como escuelas, hospitales, iglesias y entidades benéficas, también es probable que se desarrollan potentes instituciones económicas privadas que van más allá de la familia.
Steve Jobs pudo pasearse por Xerox PARC porque quienes lo invitaron confiaban en él. De nuevo, esto demuestra que la confianza fomenta la formación de las redes amplias que necesitamos para acumular conocimiento y knowhow, aun cuando la confianza opere a veces de manera sospechosa. La confianza contribuye al tamaño de las redes al reducir el costo de los vínculos, pero también al proporcionar límites porosos que permiten que esas redes se adapten a los cambios en los mercados y en las tecnologías.
De hecho, las historias de la mayoría de las empresas de Silicon Valley están intensamente entretejidas: antes de fundar Apple, Steve Jobs trabajó en Atari y Steve Wozniak lo hizo en HP. Como ya hemos dicho, también es famoso el episodio en el que Jobs «tomó prestadas» de Xerox PARC las ideas de la interfaz gráfica de usuario y la programación orientada a objetos. Si HP, Atari y Xerox PARC no hubiesen estado ubicadas en el valle, es probable que el conocimiento y el knowhow necesarios para poner en marcha Apple tampoco hubiesen estado ahí. Por lo tanto, las industrias que requieren
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Esto se debe a que para acumular grandes pedazos de conocimiento y knowhow son necesarias grandes redes de personas, y transferir o duplicar redes grandes no es tan fácil como hacerlo con un grupo reducido de personas. En consecuencia, las redes de ubicación de industrias están anidadas, y los países evolucionan hacia productos cercanos en el espacio de productos.
Evidentemente, la escolarización no es un gran indicador del conocimiento y el knowhow, ya que es por definición una medida del tiempo que se pasa en una institución, no del conocimiento acumulado en el cerebro de una persona. Las pruebas estandarizadas pueden ayudar a incorporar información sobre las habilidades básicas de un alumno, pero como medidas del capital humano son extremadamente limitadas, ya que no incorporan información sobre la diversidad de conocimiento existente en una población de alumnos. Además, las pruebas estandarizadas son pésimas a la hora de medir habilidades
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Pero lo más asombroso de la información que acumulamos no es que la revistamos físicamente, es su génesis mental. Los humanos no solo depositamos información en nuestro entorno, lo que hacemos es cristalizar imaginación.
Nuestra capacidad de cristalizar imaginación es la capacidad de crear objetos que nacieron como obras de ficción. Antes de que se fabricasen, el avión, el helicóptero y las piernas robóticas de Hugh Herr fueron todos ellos pensamientos. Nuestra capacidad de cristalizar imaginación nos distingue de las demás especies, pues nos permite crear en la fluidez de nuestro cerebro y a continuación plasmar nuestras creaciones en la rigidez de nuestro planeta.
entendí que el crecimiento económico no era más que la expresión de un fenómeno más amplio, universal y relevante. No es el tipo de crecimiento que acapara titulares y agendas políticas, sino el que hace posible la existencia de la vida y de la sociedad, aunque lo ignoremos. Es el crecimiento del orden físico, de la información.
Enseguida tuve que aceptar que todo giraba alrededor de la información. Llegado a ese punto, ya no podía ver la economía solo en función de los ingresos, las regulaciones y los agentes. La economía era una manifestación prosaica de algo más profundo, era la manifestación social del crecimiento de la información, y ese era el crecimiento que yo debía explorar.