Cualquier crítica externa a las propias convicciones y prácticas ni siquiera es objeto de análisis. La exposición frontal de un mundo polarizado basado en lo «propio» y lo «ajeno», el «nosotros» contra «ellos», rechaza de plano la más mínima crítica, que se ve desacreditada como un acto de censura, represión y manipulación de quienes libran la única batalla justa y verdadera por salvaguardar el propio país, el propio pueblo y la propia nación. De este modo, se instaura un pensamiento cerrado que se considera inmune a cualquier crítica o cuestionamiento. Aquí no se pone en duda a los que
...more