Goodbye, things: Cómo encontrar la felicidad con el arte de lo esencial
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Todo el mundo quiere ser feliz, pero tratar de comprar la felicidad solo nos satisface fugazmente. En cuanto a la verdadera felicidad, estamos perdidos.
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decirle adiós a tus cosas es más que un ejercicio de limpieza: es un ejercicio de reflexión acerca de la verdadera felicidad.
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Ponemos más interés en hacer creer a los demás que somos felices que en tratar de serlo.
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La felicidad no consiste en tener lo que quieres, sino en querer lo que tienes.
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«El alcohol no da la felicidad, sino un respiro temporal de la infelicidad».
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Las cosas que no tenía eran lo que se interponía entre yo y mi felicidad. Así era como funcionaba mi mente.
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yo defino a un minimalista como una persona que sabe lo que es realmente imprescindible para ella, que reduce el número de sus posesiones en favor de lo que de verdad importa.
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los minimalistas son quienes saben lo que de verdad necesitan, en oposición a lo que podrían querer por aparentar, y que no tienen miedo de prescindir de todo lo perteneciente a la segunda categoría.
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Se trata de esforzarse por reducir lo que no es esencial a fin de apreciar lo que de verdad nos importa.
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el filósofo griego Diógenes de Sinope, de quien se cuenta que solo poseía la capa con la que se cubría y una escudilla que hizo pedazos el día en que vio a un niño beber agua con las manos.
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La gloriosa sensación de la adquisición se disipa con el uso hasta convertirse en aburrimiento, cuando el objeto no nos produce ya el más mínimo placer.
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estamos desesperados por transmitir nuestro propio valor, nuestro valor de cara a los demás. Utilizamos los objetos para demostrar a los otros lo que valemos.
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La gente que no cree en sí misma no soporta seguir viviendo en este mundo. Para vivir es indispensable una pequeña cantidad de amor propio y narcisismo.
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los objetos no tienen ningún poder por sí solos. Somos nosotros quienes los elevamos hasta convertirlos en nuestros iguales o algo más, cuando en realidad no son más que objetos. No nos simbolizan ni son nuestros amos. De hecho, antes no eran más que simples herramientas.
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El filósofo neerlandés Baruch Spinoza afirmó que cuando alguien dice que algo es imposible, es que ya ha decidido que no quiere hacerlo.
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Un método fundamental para reducir tus objetos consiste en descartar las cosas que no hayas usado durante todo un año.
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los objetos que de verdad disfrutamos son las cosas que usamos bastante y cuyo mantenimiento no exige demasiado.
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Las cosas que no necesitamos ahora seguramente no las necesitaremos nunca.
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el sencillo método de tocar los objetos y conservar solo lo que nos hace felices resulta muy práctico.
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Para tirar cosas hay que plantearse la siguiente pregunta: «¿Esto me inspira alegría o no?». Es un modo eficaz de ser más conscientes de nuestros sentidos.
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Un objeto escogido con pasión representa la perfección para nosotros. Por el contrario, las cosas que elegimos porque sí son firmes candidatas a terminar en la basura o ser reemplazadas.
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Las cosas por las que estarías dispuesto a volver a pagar son las que te hacen feliz de verdad.
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El pintor japonés Ryuzaburo Umehara dejó dicho en su testamento que no hacía falta celebrar su funeral y que no se aceptaran coronas fúnebres. En él escribió que los vivos no tenían que molestarse por el bien de los muertos.
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tirar cosas no significa necesariamente que borremos los recuerdos. En realidad, a veces el hecho de decirles adiós es lo que garantiza que esos recuerdos se queden con nosotros para siempre.
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Para un minimalista, el objetivo no es reducir, sino eliminar las distracciones para poder concentrarse en las cosas que de verdad importan.
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la vida es corta. Es una pena desperdiciarla por algún objeto material.
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El psicólogo Tim Kasser señala que el tiempo ganado conduce directamente a la felicidad, mientras que el enriquecimiento material no.
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Disponer de tiempo para relajarse es el mayor de todos los lujos.
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Aristóteles dijo: «Somos lo que hacemos día a día, de modo que la excelencia no es un acto, sino un hábito».
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«Solo después de perderlo todo somos libres de hacer cualquier cosa.» TYLER DURDEN, El club de la lucha
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«Todo lo que hagas en la vida será insignificante, pero es muy importante que lo hagas.» MAHATMA GANDHI
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Todas nuestras pertenencias desean ser cuidadas, y nos lo dicen cada vez que las miramos. Empiezan a formar colas en nuestra cabeza, esperando su turno para que las miremos y escuchemos lo que tienen que decirnos.
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Cuando meditas pasan diversos pensamientos por tu cabeza. Te centras en esos pensamientos y en el mero hecho de respirar. Tu poder de concentración empieza a aumentar, hasta acabar convirtiéndose en una segunda naturaleza, incluso cuando no estás meditando.
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Aprendes a entender y dirigir el hilo de tus pensamientos. Para mí, el Zen y la meditación han hecho tanto por mi mente como si me hubiera reinstalado mi sistema operativo personal.
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«El valor de un hombre debe medirse por lo que da y no por lo que recibe.»
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Nadie es mejor ni peor por tener más cosas. Ricos o pobres, famosos o corrientes, no somos más que seres humanos que contactan unos con otros.
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Podemos acumular todo lo que queramos, pero sin gratitud terminaremos cansándonos de todo lo obtenido. En contraposición, la verdadera satisfacción puede alcanzarse con unas pocas posesiones, siempre que las tratemos con gratitud.
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«Sentirse» feliz en lugar de «alcanzar» la felicidad
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no hay nada más que necesitemos para ser felices desde ya. Podemos sentirnos siempre felices.
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Hay una cosa por la que debo disculparme: lo siento mucho, pero me he deshecho de todos vuestros regalos. Sin embargo, hice fotos de cada uno, recordando la alegría que sentí cuando me los disteis, y me he despedido de ellos con un sentimiento de gratitud. Fui capaz de sentirme inmensamente feliz cuando los recibí de vosotros, y otra vez al renunciar a ellos. Muchas gracias.