¿Quién es la grandullona esta que tantu sabe de aviación? —preguntó. Rob Cualquiera carraspeó. —Es la arpía, Hamish. La rapaza de la abuela Dolorido. La expresión de Hamish se inundó de terror. —Non quería pasarme de listu, señora —exclamó, dando un paso atrás—. Está claro que una arpía tiene la sabienda de lo que dele la gana. Pro non es tantu como parece, señora. Siempre asegúrome de aterrizar de testa.