¡Pero decíais que si se comía o bebía en un sueño, después no se podía salir! —Sí, pásale a casi todu el mundo —dijo Rob—, pero non a nosotros. Casas, bancos, sueños, a nosotros danos igual. Podemos entrar y salir de cualquier cosa. —Menos puede que de los bares —puntualizó Yan Grande. —Ah, sí —coincidió Rob en tono alegre—. Salir de los bares a veces entráñanos cierta dificultad, esu es cierto.