A los Nac Mac Feegle no se les podía pisotear ni aplastar. Trabajaban en grupo, se subían a las espaldas de sus hermanos para ganar altura y dar puñetazos a un elfo o, a ser posible, cabezazos. Y cuando hacían caer a alguien, aquello se convertía en una fiesta de patadas. Su estilo tenía un método. Por ejemplo, siempre escogían al oponente de mayor tamaño porque, como después dijo Rob Cualquiera a Tiffany: «Así es más fácil darles, ya sabes». Y nunca paraban. Eso era lo que desgastaba a sus enemigos, porque era como sufrir un ataque de avispas con diminutos puños.