Ya puestos, el libro nunca daba pruebas de nada. Hablaba de un «apuesto príncipe», pero ¿de verdad lo era, o solo decían que era apuesto porque era un príncipe? En cuanto a la «muchacha que era tan bella como largo el día»... bueno, ¿qué día? ¡En pleno invierno casi no había luz! Los cuentos no querían que pensaras, solo que creyeras en lo que te contaban...