Sí, sí, ya sé lo que hacen —lo interrumpió Tiffany, calmándose un poco—. Ah, ya veo: vosotros espantabais a los cuervos, los lobos y los zorros para la abuela, ¿no? —¡Sí, señora! ¡Y non solos espantábamoslos! —exclamó Rob, triunfante—. Un lobo da para comer ben. —Sí, los kebabs quedan ricos, peru non son tan buenos como los de vejiña, que... mmmf mmmf —consiguió decir Wullie antes de que le volvieran a poner una mano en la boca.