—Papá, ¿sabes que tienes pocos calcetines? Pero ¿dónde comprarlos? Recorro varias tiendas y no encuentro… ni tampoco guantes, ni pijamas… Es preciso coser, remendarlo todo, que tire aún un poco más de tiempo. Las tiendas de telas, abiertas porque está prohibido cerrarlas, tienen las estanterías casi vacías, y dos o tres viejos parecen aburridos tras los mostradores.




