Es una primavera áspera, dura, sin la alegría de otras primaveras. El aire fino, sutil, de meseta, claro, transparente y frío como agua de manantial, me envuelve, refresca mis mejillas y corre entre mis dedos. ¡Primavera!… Primavera en Madrid, que es la más fría y clara de las primaveras… no lo sé por mí, pero papá me lo ha asegurado. Y el aire fino de agua serrana saca las lágrimas a mis ojos.




