Palomaleca

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¡Pobre Jorge! ¡Estoy sola! Horriblemente sola, más sola que nunca… Jorge no está ya en pie… Su alma… su alma buena estará… Las lágrimas se quedan frías al brotar de mis ojos… Espero el tranvía llorando, pero nadie me mira. Mucha gente he visto llorando estos días sin que nadie se sorprendiera. Me seco los ojos y subo al tranvía… Todo el mundo está en silencio y en todos los rostros hay una expresión de estupor… ¿Hemos llegado al fin? ¿Así acaba la guerra…?
Celia en la revolución
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