Además, cuando ya el camión estaba a mucha velocidad, los aeroplanos lo bombardeaban. —Y también podían dejarnos al ver que huíamos, y que llevábamos criaturas… Pues nos bombardeaban. Un camión voló entero con todos los que llevaba dentro. Ella, con sus hijos y su marido, saltó a la carretera y huyó por el campo, a rastras por el suelo buscando la sombra de las matas… —¡Qué miedo, compañera! Yo sentía que los pelos se me ponían derechos en la cabeza…




