Palomaleca

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Pero subimos por la Cuesta de San Vicente, llegamos a la Plaza de España, y ya no podemos más… Valeriana ha dejado las alforjas y la cesta en el umbral de una casa, y dice mirando alrededor: —¿Es esto Madrid? —Sí… ya estamos en el barrio de Palacio… —Mu puerco está esto pa tener la capital tanta nombradía –dice gravemente. Es verdad. Los árboles de la plaza están como si hubiera pasado por ellos un huracán, y el suelo cubierto de ramas rotas, de hojas caídas, pero no secas –¡estamos en pleno verano!–, de papeles, de libros y de pedazos de plomo. Tomo uno y me lo pongo en la mano. —Es una bala. ...more
Celia en la revolución
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