—Papá dice que hay que obedecer al Gobierno. —¿Cómo? ¡Qué cosas tiene el loco de tu padre! Cuando gobernaban los buenos, sí… se les podía hacer caso, aunque yo hice siempre lo que quise, pero ahora gobiernan los malos… El chiquito la mira, furioso, sin decir nada. Y ella continúa: —Ayer estuvo aquí mi amiga Rosario, la de Riñuelos, ¿no sabes?… pues esa, y me contó horrores… El marido de su lavandera alquila sillas y bancos a real para ir a ver fusilar…




