El desastre con Draconus probablemente fuera lo que le dio el golpe de gracia. Figúrate, dejarse engañar por los trucos de una mujer... ¡y por una hija de Draconus nada menos! ¿Es que Osserc no sospechaba ni un poco de sus motivaciones? ¡Ja! Los machos de todas las especies son tan... predecibles.